En nuestras relaciones de pareja se nos complica
cuando deja de existir entre nosotros el apasionamiento que en un principio
había, entonces creemos que se ha perdido la chispa de la relación, y podemos
caer en el aburrimiento si en la pareja no hemos fomentado el cariño y el
aprecio. Si no creamos una relación basada en el afecto, cuando la intensidad
del inicio termina probablemente no quede nada, pero si construimos nuestra
pareja desde el cariño, el diálogo y la comprensión posiblemente nuestra pareja
tenga una base más fuerte y continúe creciendo y fortificándose.
Si quieres que tu relación de pareja funcione, hay
una serie de premisas que tienes que comprender e intentar llevar a la
práctica.
Acepta a tu pareja tal cuál es, con sus defectos y
virtudes, concédele el derecho a equivocarse, es posible que tu pareja tenga
costumbres o formas de comportarse que no te agraden, en ese caso tienes el
derecho de pedirle que cambie, pero no a exigírselo, él o ella modificaran ese
aspecto si lo creen conveniente para acercar la relación. Si le haces una
petición de cambio exprésalo desde la influencia. También tienes que conceder
el derecho a que la otra persona no vea razonable aquello que le propones, y no
acepte el cambio tal y cómo planteas.
Deja que tu pareja influya sobre ti, al igual que tú
deseas influir en tu pareja. Ten en cuenta que influencia no es lo mismo que
control o dominancia. La influencia es algo que eliges voluntariamente cuando
aceptas una sugerencia de otra persona o cuando haces un cambio en tu
comportamiento tras una petición; acepta sus criticas no te enfurezcas y entres
en la dinámica de sentirte ofendido. Intenta centrarte en la parte constructiva
de la crítica y no en la negativa, la crítica es en realidad una petición de
cambio por parte de la otra persona hacia ti, y no necesariamente intenta
herirte.
Expresa tu cariño y aprecio, se detallista, hazle
cumplidos, exprésale lo que sientes por él o ella; incluso si hace algo que te
desagrada, intenta buscar aquello que si te agrada para expresarlo desde lo
positivo.
No establezcas relaciones de dependencia, dale autonomía
a tu pareja, sin entrar en el miedo al abandono. Si piensas
que amas tanto a tu pareja que te morirías si te dejase y sientes celos a
menudo o ansiedad ante la posibilidad de un abandono, en realidad no sientes amor,
sino dependencia. Empieza a pensar que sí podrías superarlo, que puedes vivir
sin esa persona y sin pareja, como hace tanta gente, y que podrías encontrar a
alguien de quien volver a enamorarte.
Es posible que si tienes en cuenta estas pequeñas
cosas, y las intentas poner en marcha, la relación funcionará mejor. Es
importante creer que el cambio o la evolución de la pareja empieza por uno
mismo.
Patricia
Catalá
Orienta
psicólogos