30 de gen. 2013

LEVANTA LA VISTA

Las personas a menudo nos acomodamos en nuestros límites, los que nos hemos creado para sentirnos cobijados y seguros. Estos límites son nuestro cojín de descanso, porque a través de ellos podemos movernos y actuar sin que las personas, cosas, y situaciones nos hagan daño, porque miramos siempre al hacer lo que es correcto, lo que los demás esperan de nosotros, o lo que nos toca por educación, sociedad, familia…y vivimos dentro de nuestra trinchera sintiendo aquellas cualidades buenas de nosotros mismos como a que somos personas agradables, fuertes, alegres, valientes, listas…pero sin vivir aquellas debilidades que forman parte también de nuestra persona como ser ariscos, débiles, tristes, cobardes y a veces tontos, convirtiendo esta alambrada que nos recubre y que no reconocemos propia como arma arrojadiza, para dañar a los demás cuando se aproximan a nosotros para decirnos aquellas cosas que no les gustan o que les hace distanciarse de nosotros.

La persona saludable es aquella que acepta como suyas aquellas cualidades que los demás rechazan, que la sociedad no aprueba, y que es capaz de decirse y reconocerse a si misma con todo lo que es de bueno y malo, de positivo y negativo, de frío y de cálido. Descubrir nuestras polaridades nos hace buscar aquella intensidad que requerimos para ir encontrando equilibrio cuando nos suceden cosas que nos hacen perderlo; porque en definitiva si queremos vivir tendremos que salir constantemente de nuestros límites de seguridad, y sentirnos; lo demás es apartarse de nuestro entorno inmediato y de las personas que conviven día a día con nosotros, alejándonos de ellos y a su vez de nuestra realidad conjunta. Siendo muy fácil el disfrutar de lo bueno que nos sucede, pero atrincherándonos cuando los sucesos que desencadenamos son dificultosos y dolorosos.

Ser capaz de ver lo bueno que podemos sacar de lo malo, y transformarnos desde esto que puede hacernos sufrir es el crecimiento personal, que en ocasiones requerimos para aprender de nuestros errores sin sentirnos fracasados, ni bajos de autoestima, sino más realistas con lo que somos, y hacemos; y así proyectar de forma más consistente y coherente la vida que vivimos o queremos vivir.
Se tú mismo, intenta mostrarte como te sientes y se sincero sin anclarte en la culpa por la reacción que has causado en los demás, ahora estás en tu realidad. Construye a partir de aquí, tu base será sólida.

Patricia Catalá
Orienta psicólogos

28 de gen. 2013

NUESTRAS REDES SIMBÓLICAS



Actualmente y debido a que estamos muy ocupados con multiplicidad de tareas y personas a las que dedicamos nuestro tiempo, en ocasiones nos olvidamos de buscar nuestro propio espacio de intimidad; con estos hábitos estamos más centrados normalmente en el exterior y con los demás, más que con nosotros mismos. Es necesario de vez en cuando buscar nuestro espacio y tiempo para reflexionar y recapacitar sobre nosotros y nuestras cosas.

Se trata de empezar a ser generosos con uno mismo y dedicarse también el esfuerzo a reconocerse y a comprenderse personalmente.
Muchas veces caemos en el error de que tenemos que compartirlo todo con nuestras parejas, con nuestros padres, familiares, amigos, etc…pero necesitamos equilibrar este espacio personal y decidir cuándo, cómo y con quién queremos compartir nuestro espacio de intimidad.
Para ello es necesario desarrollar la habilidad de autoescucha y de conocimiento interior de uno mismo, y así descubrir con quién queremos compartir nuestras cosas y dedicar nuestro tiempo, según la situación y nuestra necesidad;
También sin olvidar que es necesario de todas estas personas próximas con las que todos podemos contar, para establecer esta red intima y simbólica de relaciones para que nos den el soporte y la comunicación que necesitamos para desarrollarnos también como personas.
Necesitamos entonces ver qué necesitamos y cómo estamos entendiendo nuestra vida ahora; saber lo que queremos y hacia dónde vamos; cómo nos comunicamos con los demás; cómo nos relacionamos ante situaciones nuevas y diferentes; analizar si somos coherentes con todo esto, y encaminar nuestra vida.
Necesitamos espacio propio, para ello tenemos que valorar nuestra propia intimidad:
      Buscando tiempo para estar solos, o con la compañía que en estos momentos creamos oportuna,
      Tiempo que nos dediquemos a nosotros mismos para sentir libertad para nosotros y para nuestras cosas,
      Tiempo para darnos cuenta de quienes somos y qué queremos hacer,
      Tiempo para saber a qué nos queremos dedicar, y con quién compartir nuestras cosas,
En definitiva tiempo de elegir lo que nosotros queremos habiendo meditado anteriormente,
Para encontrar nuestro propio espacio, necesitamos tanto un espacio físico como psicológico, para encontrarnos a nosotros mismos de forma tranquila y sin intromisiones.
En la medida en la que encontremos nuestro espacio personal, sabremos qué necesitamos compartir y con quién.

Patricia Catalá
Orienta psicólogos

21 de gen. 2013

PERSUADIR: la capacidad de convencer


Persuadir significa ser capaces de inducir a otra persona para que, mediante el razonamiento, crea en una idea o adopte una actitud determinada. El que tiene habilidad y eficacia para conseguirlo se llama persuasivo, un sinónimo de convincente.

    Algunas personas sienten que cuando exponen sus criterios no convencen a los demás; les faltan argumentos o no saben defenderlos. Esto mina la seguridad en sí mismos y, conscientes de ello, mantienen una actitud temerosa, sobre todo cuando se ven implicados en una dialéctica más o menos controvertida.

La persuasión es una forma de seducción, es la capacidad de conducir a otras personas hacia donde uno ha previsto; Si tan sólo nos paramos a observarnos en nuestra vida cotidiana, veremos como habitualmente utilizamos nuestras armas persuasivas. Llega a ser habitual comprobar cómo en una simple reunión de amigos, alguno trata de convencer a los demás para que lo sigan, ensalzando una determinada comida, una marca de coche, su deporte favorito o la lectura de un libro.
Esta capacidad de persuadir puede ser cultivada mediante el aprendizaje de diversas técnicas; pero se desarrolla mejor cuando se poseen dotes para convencer. Esas habilidades pueden ser innatas o adquiridas: la presencia física (las personas con buena presencia tienden a ser más convincentes), la seguridad en uno mismo (quienes se muestran firmes en sus convicciones y en su tipo de vida tienen más posibilidades de ser persuasivos), la autoestima (tener un buen concepto de uno ayuda a querer a los demás y a resultar más cercano y convincente), la comunicación no verbal o la influencia interpersonal que se mide también por la capacidad comunicativa de nuestros gestos, posturas y miradas, y, sobre todo, la capacidad de escuchar y comprender al otro (saber captar, mediante la escucha activa y la actitud abierta, la situación de la otra persona en ese momento, qué necesita y qué es lo que le podemos ofrecer). 

Es resumen, es fundamental saber escuchar al interlocutor. Difícilmente se puede convencer a alguien si éste se siente abrumado por un acoso dialéctico, sin oportunidad de poder aportar su visión y opinión.
Patricia Catalá
Orienta psicólogos





9 de gen. 2013

SABER VALORARSE ES COSA DE UNO MISMO….NO DE LOS DEMÁS



Saber darse valor y quererse a uno mismo es una práctica que tenemos en ocasiones olvidada…a este valorarse lo llaman los psicólogos AUTOESTIMA y es “la percepción valorativa de mi ser, de mi manera de ser, de quien soy yo, del conjunto de rasgos corporales, mentales y espirituales que configuran mi personalidad”. Los expertos en psicología evolutiva o del desarrollo dicen que la autoestima se aprende, fluctúa y la podemos mejorar, es a partir de los 5-6 años cuando empezamos a formarnos un concepto de como nos ven nuestros padres, maestros, compañeros y de las experiencias que vamos adquiriendo, de ahí elaboramos un valor personal que parte de los demás…a medida que vamos madurando y realizándonos como adultos, este valor nos lo debemos dar nosotros mismos, porque ya no dependemos de los demás de que nos digan lo que hemos hecho bien o mal, sino esta autoconciencia de conocer cuales son nuestros fallos o defectos y cuales nuestras cualidades o virtudes nos lo tenemos que reconocer y siempre ambas partes nunca quedarnos con solo una de ellas ( ni con lo maravilloso que soy, ni con lo mal que lo hago todo…las personas tenemos de todo, cosas que nos salen bien y otras que nos salen un poco peor) el secreto está en que la vida es un proceso de aprendizaje y estoy en ella para ir aprendiendo, y si hoy me equivoco he de aprender para saber hacer mejor a la próxima…

LA AUTOESTIMA es reconocernos personas y querernos por el hecho de serlo con nuestros pros y contras… y cuanto más POSITIVA sea nuestra autoestima más preparados estamos para afrontar las adversidades; más posibilidades tendremos de ser creativos en nuestro trabajo; más oportunidades encontraremos de entablar relaciones enriquecedoras; más inclinados a tratar a los demás con respeto; más contentos estaremos por el mero hecho de vivir. Y La persona que se desestima suele manifestar alguno de los síntomas siguientes: crítica rigorista e hipersensibilidad a la crítica, indecisión, deseo necesario de complacer, perfeccionismo, culpabilidad neurótica, hostilidad y tendencias depresivas…cómo se suele decir muchas veces, esto es fácil de decir y un poco más complicado de hacer…¿cómo podemos entonces, empezar a practicar el promover nuestra autoestima desde nosotros mismos? 

Para ser una persona que se estima no pierdas el tiempo recordando tus errores del pasado ni sintiéndote culpable por ellos, mira hacia delante, habiendo aprendido de tus errores e intentando mejorarte…reconoce tus emociones y acepta la variedad de sentimientos tanto positivos como negativos estando dispuesta a revelarlos a los demás…actúa confiando en tu juicio y en tu capacidad de resolver…reconoce que eres una persona interesante y valiosa, igual como persona respecto a otros con diferente talento, prestigio, posición económica…intenta disfrutar de diversas actividades ( trabajo, ocio, deporte, hobbies…)…reconoce las necesidades de los demás y actúa considerándolas…Empieza el año queriéndote más, esto te llevará a estar mejor con los demás…

  Patricia Catalá
Orienta psicólogos

7 de gen. 2013

TENER ESPERANZA EN EL FUTURO "Actitud positiva": reglas para lograrlo


Tener esperanza en el futuro.
"Actitud positiva": reglas para lograrlo

La actitud que tomas frente a los problemas o sucesos que se te presentan cotidianamente es finalmente la que determina la dimensión e importancia de los mismos. Recuerda que hay dos formas de ver el vaso: medio lleno y puedes alegrarte al observar la mitad llena o puedes preocuparte por la mitad vacía. Esto no es ni más ni menos que una cuestión de dos actitudes antagónicas: la positiva y la negativa. Sin dejar de ser realista o soñador, puedes transformarte en una persona más positiva y creativa para vivir las circunstancias de una manera menos traumática y más relajada.

Por eso, para dejar de ver todo negro y cultivar una verdadera "actitud positiva", se han propuesto 10 reglas de oro que, si se siguen al pie de la letra, harán de ti una nueva persona:
Relájate y respira profundo: Si algo te salió mal o te sientes un poco depresivo, lo mejor que puedes hacer es distenderte y concentrarte en la respiración. Se ha comprobado que los métodos de relajación ayudan a deshacerse de los pensamientos negativos, favorecen el control de las emociones y purifican el cuerpo.

Haz lo que piensas: Si piensas una cosa y terminas haciendo otra totalmente diferente, te sentirás  inconforme contigo mismo. Trata de evitar las conductas contradictorias, sobre todo si no quieres que te invada un profundo sentimiento de fracaso existencial.
Aprende a ver el lado positivo de las cosas: Debes aprender que en la vida no todos los momentos son buenos, hay algunos peores que otros e incluso algunos son indeseables. La clave esta en aceptar los hechos que son irremediables sin ningún tipo de frustración o enojo desmedido. Una reacción emotiva descontrolada o negativa para afrontar un momento duro en la vida es una clara muestra de debilidad y fracaso. Al contrario, la serenidad, el autocontrol y la visión positiva de las cosas son las mejores armas para enfrentar con éxito lo que te toca vivir.

Evita las comparaciones: Para cultivar una actitud positiva nada mejor que ser uno mismo. Tanto las comparaciones como las idealizaciones de cómo deberías ser tú y de cómo deberían ser las cosas, son muy perjudiciales para tu salud mental y tu autoestima. La frustración y la envidia que se genera al ver en otros lo que uno quiere ser son pensamientos altamente negativos que debes aprender a controlar para evitar sentirte deprimido. Lo mejor es aceptarte tal cual eres y tratar de cambiar aquellas cosas que te molestan de ti mismo, pero dejando de lado las comparaciones, pues cada persona es única.


Claves Antidepresivas:
  
Ser positivo (buscar el lado bueno de las cosas).
Ser objetivo (ver cosas positivas, negativas, valorar resultados).
Quererse a uno mismo.
Asumir los problemas (hay cosas desagradables que no podemos luchar contra ella).
No exigirse al máximo.
Ponerse metas alcanzables.
No tener miedo al fracaso (no temer errores).
Aceptarse públicamente.
No dejar las cosas para mañana.
Dar importancia a las pequeñas cosas de la vida.
Desarrollar el sentido del humor.
Controlar los sentimientos.
Planear actividades y disfrutarlas.
Interesarse por las personas y las cosas.
Buscar el apoyo en el trabajo, la familia, etc.
Aprovechar las oportunidades.
No compararse con los demás.
Hacer ejercicio físico.

2 de gen. 2013

TODOS NECESITAMOS APRENDER ALGO NUEVO


    
Actualmente el aprender es algo más activo que en épocas anteriores o quizás necesitamos aprender de manera más rápida e invirtiendo menos esfuerzo, por la cantidad de cosas que aprendemos al día: manejar el ordenador, el móvil, la agenda electrónica etc…y mucha información que proviene de diferentes medios.

En psicología existen técnicas que estimulan el aprendizaje, actualmente se habla que para optimizar mi aprendizaje necesito “Aprender a aprender”; esto significa utilizar estrategias para acercarme al aprendizaje de una manera más efectiva en tiempo y formas.

Aprender para nuestro cerebro  no significa ni reemplazar un punto de vista (el incorrecto) por otro (el correcto), ni simplemente acumular nuevo conocimiento sobre el viejo, sino más bien transformar el conocimiento; esta transformación, a su vez, ocurre a través del pensamiento activo y original de la persona: LA CREATIVIDAD
Según estudiosos de la creatividad esta es producto de un estado, al que denominan estado creativo. Este estado se nos suele presentar cuando tenemos que resolver un problema distinto a lo habitual o un problema que se nos presenta repetidas veces de manera diferente...  La creatividad la tenemos todos, puesto que la hemos necesitado de niños para explorar el mundo, pero de adultos se nos olvida utilizarla en la mayoría de ocasiones. Es una capacidad que tenemos y podemos entrenarnos en ella. Su  entrenamiento consiste fundamentalmente en un “desaprender” conductas que limitan nuestro cerebro como “el que dirán”…. “esto es absurdo” ….o “ esto no lo he hecho nunca así”
 
Hay muchas teorías y estudios psicológicos que hablan del aprendizaje original de las personas (el constructivismo, el aprendizaje significativo etc….) una de las corrientes psicológicas más modernas es el Cognitivismo, esta corriente nos indica qué necesitamos las personas para aprender:
Capacidades cognitivas  (poder aprender): pasando por varios procesos llamados “ metacognitivos”,primero se busca información y se procesa en nuestro cerebro, después la analizamos, argumentamos, y finalmente la comprendemos y podemos producir hasta nuevos enfoques…este proceso es acción en nuestra mente…. Experiencia (saber aprender): construir partiendo de nuestros hábitos  o costumbres pero dejando actuar también los nuevos modos de hacer…este proceso es aprender haciendo, y  Motivación (querer aprender) para ello estar interesado en la materia, poner atención…este proceso es aprender con intención.

Todo esto dependerá de múltiples factores personales (personalidad, fuerza de voluntad...), familiares, sociales y del ambiente que nos rodea. Todos somos diferentes ante el aprendizaje por lo que tendremos que conocernos más a fondo. Al “Aprender a aprender” tenemos que conocer, practicar y más tarde adquirir las técnicas que nos hagan mejores ante nuestro aprendizaje particular y seguro que lograremos más de lo que hemos imaginado.


Patricia Catalá
Orienta psicólogos