25 de jul. 2013

La calidad de vida se consigue mejorando nuestra calidad personal




¿Qué es la calidad de vida?... dentro de nuestra sociedad la mayoría de nosotros podemos disfrutar de una calidad en general o bienestar en nuestras vidas, esto nos hace sentirnos bien, pero para fomentar esta calidad de vida es necesario que no solo nos fijemos en lo que hemos obtenido a nivel material, sino que cualidades tenemos como personas y cómo las desarrollamos en nuestro día a día, puesto que la calidad de vida nos la dará finalmente nuestro interior…"Una persona con un buen grado de autoestima, autorrealizada o en proceso de autorrealización, es decir consciente de lo que es y de lo que quiere y satisfecha con el camino adaptado para realizarse en la vida, pudiéramos decir que es una persona de calidad".
 
Las personas tenemos cualidades y defectos, parece que en ocasiones solo se fijen en nuestros defectos pero podemos preguntarnos si realmente los estamos demostrando más que nuestras cualidades… ¿por qué no empezamos a demostrar más nuestras cualidades? Para esto tendríamos que identificar y proponernos desarrollarlas día a día; cualidades podrían ser, ser abierto, de confianza, activo, paciente, comprensivo, simpático, amistoso, creativo, capaz de adaptarme,  entusiasta, consciente de mi mismo, responsable…o las que tu creas que tienes o quieres tener y ¿cómo las vamos a identificar y desarrollar? 

Primero ten claridad en tus objetivos: qué pretendes alcanzar, segundo desarrolla tu motivación de logro, tu fuerza, tu interés, tus deseos de conseguirlo, tercero mejora tus hábitos, enfocándolos hacia esto que quieres conseguir desarrollar, ten conciencia del uso que das en tiempo-vida…
Hay algunas preguntas que podemos hacernos para saber qué tipo de personas somos o queremos ser: ¿ tenemos propósitos en nuestra vida, o no tenemos rumbo?,¿ vivo mis creencias aprendidas sin cuestionármelas o las voy adaptando según me desarrollo? ¿reaccionamos de forma apática la mayoría de las veces o mostramos interés?,  ¿ confiamos en nosotros mismos y en los demás?, ¿ asumo como propios los deseos de los demás o confío en mis mensajes interiores y en mi intuición?, ¿ reaccionamos agresivamente ante las críticas o entramos en diálogo para saber cuál es su raiz? ¿tengo en cuenta mis dificultades para afrontarlas, o las niego y me evado de ellas?  ¿ ignoramos nuestras potencialidades y limitaciones?

A CONTINUACIÓN OS ENUMERO ALGUNAS CREENCIAS SANADORAS QUE NOS PUEDEN AYUDAR A ENFOCARNOS EN POSITIVO PARA CRECER INTERIORMENTE… Tengo el poder de sentirme bien, Puedo hacer que mi cuerpo me obedezca, El pasado no dirige ni mi presente ni mi futuro …Preocuparme no me ayuda, Lo adecuado es actuar creativamente …Sé que puedo desarrollar cualquier cualidad si lo decido… Mi tiempo es valioso y sé administrarlo…
Si decides enfocarte para conseguir tus propósitos de vida, tienes que darte empuje con tu mente (tu diálogo interno tiene que impulsarte, tiene que ayudarte). 


Patricia Catalá
Orienta psicólogos







22 de jul. 2013

YA NO FUMO, AHORA TENGO MUCHA ANSIEDAD





 Lo primero es daros la ¡ENHORABUENA!, porque habéis sido valientes al hacer realidad un hecho tan complicado como “dejar de fumar”, lo segundo, comentaros que esta decisión os reportará mayor salud en vuestras vidas y en las personas que están con vosotros, y lo tercero recomendaros que aumentarán vuestras probabilidades de éxito si buscáis la ayuda de especialistas.
Muchos de vosotros en este nuevo reto, sentiréis en determinados momentos la angustia y ansiedad que antes tapabais con el cigarro o la compulsión de fumar; pero, ¿cómo combatir la ansiedad al dejar de fumar?
La Ansiedad del fumador está presente antes de dejar de fumar, porque se suele generar un déficit hormonal en el organismo del fumador  más pronunciado que en las personas no fumadoras sanas, esta ansiedad provocada a nivel fisiológico se suple con la estimulación a través de la nicotina, segregando determinadas hormonas y neurotransmisores que nos hacen sentirnos mejor, más eufóricos, más activos y confiados con nosotros mismos, más desinhibidos, más creativos…es cierto que para concentrarnos, para generar ideas, para solucionar algunos problemas el encendernos un pitillo nos ayuda a salir con éxito de varias situaciones…está dinámica de estar en blanco y gracias al cigarrillo encontrar la solución, es el círculo vicioso que nos encierra en la dependencia psico-fisiolológica del fumar; en resumen podemos asegurar que fumar nos sirve para tener éxitos que conseguimos estimulados por la nicotina y otras sustancias del tabaco, pero  con ello estamos dejando  de aprender hábitos saludables para conseguir nuestras cosas, esforzarnos en aprender a concentrarnos, generar mayor auto-conocimiento para saber  como motivarnos interiormente, buscar nuevas técnicas mentales que estimulen nuestra creatividad, aprender a relajarnos mediante la respiración completa ( respiración profunda), en definitiva buscar más opciones sanas y naturales que nos estimulen a resolver, continuar adelante, calmar nuestra ansiedad cotidiana pero sin caer en los malos hábitos adictivos y compulsivos del tabaco.

¿Qué hacer de forma inmediata con la ansiedad?  Puesto que la ansiedad es un término ya muy difundido, podemos resumir de ella que es un estado o un proceso que nos genera malestar, nerviosismo e intranquilidad, y que va acompañada de pensamientos ( estoy mal, no podré con esto, etc…) de sentimientos ( me ahogo, estoy apunto de estallar, etc…) y de comportamientos (llorar, gritar, fumar, tener tics,etc…) podemos empezar a romper este estado intranquilo mediante LA RESPIRACION,  un hecho tan obvio pero que hemos olvidado realizar de manera correcta; podéis buscar algunos momentos del día para parar e intentar realizar cinco respiraciones profundas ( cogiendo lentamente aire por la nariz hasta que no podamos más, parando dos segundos  y soltándolo despacio por la boca), esto nos ayudará a desconectar nuestros mecanismos de activación extrema y calmar nuestra parte física, además podemos intentar acompañarla de pensamientos positivos como “ahora huelo mejor, estoy más sano, me cuido más, hago más por mi…” y nuestros sentimientos de “me siento bien, …” con estas tres acciones juntas (respiración profunda, pensamiento positivo y sentimiento agradable) podemos empezar a lidiar nuestro estado ansiógeno y podremos controlar mejor también los comportamientos que se desencadenan por el nerviosismo; y así, intentando no llegar a alterarnos podremos controlar  de manera más fácil lo que viene después; si te pones nervioso admítelo, e intenta cambiar el hábito de respirar con humo a inspirar aire limpio con tu respiración profunda, y en cada inspiración y exhalación repítete mentalmente, ¡SOY CAPAZ DE RESPIRAR PROFUNDAMENTE SIN FUMAR, ESTO ME HACE VIVIR MEJOR Y SER MÁS FELIZ!



Patricia Catalá
Orienta psicólogos




















18 de jul. 2013

LA AGRESIVIDAD EN EL TRÁFICO ¿ME HACE PADECOR "AMAXOFOBIA"?



Agredir significa provocar o atacar, es cierto que todos hemos tenido en alguna ocasión conductas agresivas, de las que nos hemos arrepentido después, pero seguro que volvemos a caer en lo mismo cuando surge el detonante que me irrita o que me impulsa a comportarme de forma que no me agrada y que además me hace meterme en problemas con los demás.
Actualmente, “conducimos como vivimos” es decir compitiendo, cuando subimos a nuestro coche y nos disponemos a circular por esas carreteras que son de todos y donde existen unas normas y reglas de circulación, parece que sintamos la necesidad de desahogar ciertas ansiedades o nerviosismo que me han provocado en el trabajo o en casa y que desato al volante gritando a uno, insultando a otro y conduciendo de manera poco prudente para mi y los demás. Es evidente que para que se reaccione de una manera agresiva tiene que haber algo que la desencadene, pero muchas de las veces esta reacción agresiva viene determinada por algo subjetivo, es decir, algo que me agita interiormente y que necesito sacar, pero ¿ por qué mientras conduzco?, los psicólogos expertos en tráfico dicen que dentro de nuestro habitáculo nos sentimos fuertes, protegidos, seguros y somos capaces de desafiar desde allí, lo que nos hace transgredir lo común de las vías de circulación, carreteras, ciudades, autopistas etc…es cierto el coche es mío, pero los lugares por donde he de circular son de todos, tenemos que aprender a respetar, tener paciencia y ser más conscientes de los peligros que tenemos  cuando no mantenemos la normativa de circulación…
¿Qué podemos hacer? Nuestros pensamientos son la clave, cuando nos sucede algo lo primero que hacemos es “ interpretarlo” si la interpretación que elaboramos es amenazante para nosotros entonces desencadenamos síntomas físicos como respiración acelerada, temblor de manos, sudor, empezamos a decir lo que pensamos y podemos seguir gritando e insultando…para empezar a controlar esto lo podemos dejar pasar unos minutos, respirando hondo, no precipitarnos en juzgar la situación, puesto que cuando mi cuerpo está acelerado y excitado mis pensamientos no son reales sino que tienden a ser más pesimistas y agresivos o amenazantes…cuando se hace referencia a los accidentes de tráfico y al factor humano que los puede provocar, entre varios de los desencadenantes como los despistes, los excesos en las comidas, el alcohol, encontramos las prisas, el estrés , el nerviosismo, la agresividad al volante…las personas más impulsivas y con poco autocontrol son las más proclives a sufrir y a desencadenar accidentes por agresividad…es cierto que muchas de las situaciones que nos encontramos al conducir como atascos por falta de recursos, retenciones por obras, malas condiciones por el tiempo, accidentes, falta de aparcamiento, pueden desencadenar en nosotros ira, rabia y agresividad…hemos mitificado el coche ahora ya no es lo que era... con el coche llegaba volando a los sitios, hoy ya no! Con el coche me puedo desplazar pero poco a poco y con paciencia si es dentro de la ciudad….cuando no sucede así, y cada vez me da más miedo el tráfico, sufro angustia, ansiedad cuando voy en coche o he sufrido algún accidente o altercado al conducir que me paraliza y no me deja seguir mi conducción como antes, puedo empezar a padecer “Amaxofobia o miedo a conducir”…empecemos a regularizar nuestros pensamientos y a adecuarlos a la realidad de nuestro tráfico actual…cuando nos subimos al coche tenemos que darnos “paciencia, calma y serenidad”.

Patricia Catalá
Orienta psicólogos


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15 de jul. 2013

EL MIEDO…se puede convertir en FOBIAS



El Miedo: perturbación angustiosa del ánimo ante un peligro real o imaginario, presente o futuro.

Hace 2000 años, el filósofo griego Epicteto pensaba: "Las cosas por sí mismas no atemorizan a las personas, pero sí la idea que se hacen de ellas". Ante estas definiciones del miedo podemos asegurar que cuando dejamos de controlar el miedo y se convierte en fobia es porque estamos ayudándole mucho con nuestra mente, imaginando sucesos catastróficos, negativos y morbosos de lo que nos puede suceder, alejándonos de la realidad y de las probabilidades que tenemos de que ocurra…

Hay miedos de lo más diversos, pero estos son los centrales: claustrofobia, agorafobia, miedo a las tormentas y en menor grado el vértigo, el miedo a la altura y en menor grado también el miedo a cruzar aguas profundas. He tenido algunos fóbicos que vuelan bien si van sobre tierra pero si tienen que cruzar el océano presentan un miedo terrible.

 Generalmente el miedo se dispara en momentos de crisis vitales. En mujeres tiene que ver en general con crisis vitales, nacimiento de los hijos, desprendimiento de los hijos. En los hombres tiene que ver con el aumento de estrés en el trabajo, cuando las responsabilidades empiezan a ser mayores y la persona siente que está en la etapa de vida útil. En esos momentos es más fácil que el sistema nervioso se ponga lábil y dispare la ansiedad frente al avión. Son edades en las que en general aparecen otros miedos.LOS SINTOMAS se dividen en tres grandes grupos: físicos, mentales y conductuales (de comportamiento)…taquicardia, sudoración, sensación de falta de aire, sensación de ahogo, diarreas, vómitos, temblor fino ... Yo termino explicando a los participantes de mis programas que cada uno tiene una vía facilitada para manifestar su ansiedad; hay gente que tiende a manifestaciones cutáneas, otros que tienden a presentar problemas digestivos, o a tener manifestaciones cardiorespiratorias, al temblor o a la rigidez muscular.



11 de jul. 2013

EL MIEDO A VOLAR


Actualmente uno de los medios más utilizados para transportarnos es el avión; más aún cuando se acercan estas fechas de Julio y Agosto donde la mayoría podemos disfrutar de las vacaciones y nos echamos a volar de un país a otro….pero algunas personas ya se estarán planteándose el buscar otros transportes alternativos (tren, coche, etc…) por  la angustia que les genera el subirse a un avión.
Como he comentado el miedo a volar es una ansiedad fuera de lugar por anticiparnos con nuestro pensamiento y visualizar situaciones incontroladas, catastróficas y desgraciadas que pueden llegar a sucedernos al volar en avión, estos pensamientos llamados “irracionales o ilógicos” nos conducen a un torbellino de sensaciones corporales de desasosiego, ahogo, nerviosismo, tensión, mareo etc…que nos desembocan en un sufrimiento tanto psíquico como físico insostenible y que nos provoca conductas de evitación o huida; el hecho de salir corriendo de lo que nos agobia nos devuelve la clama y serenidad, pero nos deja claramente atados a nuestra fobia y pánico a volar, cada vez tendremos más ansiedad ante esta situación que hemos evitado, y a mayor ansiedad más dificultad nos iremos poniendo para tener que superarla, más nos costará quitarnos el miedo.

En estos casos la mejor opción es afrontar la situación como en la mayoría de fobias, es decir vivirla pero de la mejor manera posible, algo que se suele aconsejar es que la persona que sufre el miedo a volar vaya acompañada de alguien que no tenga este miedo, para que sea este acompañante el que asuma la responsabilidad de tranquilizarla, calmarla con algunas estrategias que comentamos a continuación, esta experiencia de ir acompañado y poder superar poco a poco este pánico hace que nos sintamos más seguros y avancemos en nuestros recursos para afrontar estas situaciones un tanto desbordantes, algunos consejos serían: a nivel mental informarnos de que el avión y el tren son unos de los transportes más seguros, mucho más que el coche, conocer que es un avión porque se mueve cuando hay turbulencias, que medidas de seguridad tienen, en definitiva reconocer que antes de que un avión vuele se realizan muchos controles y revisiones, y con esto fomentar más pensamientos lógicos y adecuados; otra técnica que recomendamos es aprender a respirar más profundamente y acompañar esta respiración de una relajación progresiva de mis músculos, es decir si tengo que volar en Agosto estaría bien que dedicara unos minutos al día a respirar hondo y tranquilo, y que junto con esta respiración pueda realizar unos ejercicios de contraer y extender los músculos de mi cuerpo empezando por mis manos, brazos, hombros, continuando por la cara, cabeza, tronco, y terminando por mis piernas, pies….para que realizando estos ejercicios podamos notar cuando estoy tensando mis músculos y cuando los estoy relajando, y aprendiendo esta diferencia pueda aplicar la relajación a aquella parte de mi cuerpo que más la necesite; estas tres técnicas deben ir unidas, es decir pensar adecuadamente sobre la situación sin dejarme llevar por el pesimismo o catastrofismo, respirar calmadamente y  estar lo más relajados corporalmente; si esto lo hemos practicado antes de enfrentarnos a la situación mejor, y si no tendremos que apoyarnos de nuestro acompañante, quién puede utilizando la mirada ayudarnos a calmarnos y a respirar mejor, dándonos tranquilidad de que todo va a ir bien.


Patricia Catalá
Orienta psicólogos
                                              
                       San Isidro, 19
639455128


8 de jul. 2013

EFICACIA PERSONAL



¿Cuántas veces hemos pensado que nos merecemos tener un trabajo mejor, una relación de pareja más plena y satisfactoria o una vida emocional más intensa? 

Pues eso es la eficacia, la capacidad para conseguir lo que se halla a nuestro alcance. Nuestra vida tendrá más sentido si la desarrollamos siguiendo las coordenadas de nuestro propio proyecto, en el que se contemplan no sólo las metas, sino también los recursos con que contamos, las amenazas y  las oportunidades que van a entorpecer o  facilitar nuestro proceso. No podemos hablar de eficacia si no somos conscientes de lo que queremos conseguir, de qué medios vamos a emplear, y si no sabemos anticipar las dificultades con las que nos podemos encontrar. Tendremos que ser conscientes de nuestro momento emocional, de nuestros recursos y del apoyo exterior con que contamos.

¿Qué entendemos por eficacia personal? 

Es la capacidad de alcanzar objetivos, siempre que estos sean razonables y resulten coherentes con nuestra manera de ser y del contexto en que nos movemos. Además de desarrollar nuestra inteligencia emocional como hemos comentado en algunos artículos, necesitamos de nuestra inteligencia “intelectual” que nos permitirá discernir entre la forma de pensar racional y la distorsionada. Los pensamientos distorsionados ocultan, ignoran o disfrazan la realidad y reducen nuestros esfuerzos para conseguir lo que nos proponemos. Algunos ejemplos de pensamientos distorsionados son los filtrados(toman los detalles negativos y los magnifican), los polarizados (extremados en blanco o negro-, nos impiden ver los matices), las generalizaciones (extrayendo una conclusión general de un simple incidente), las visiones catastróficas (esperamos el desastre) las personalizaciones (todo lo que la gente hace o dice es en relación a nosotros), las interpretaciones y sobreentendidos (creemos saber qué sienten y quieren los demás y por qué se comportan de la forma en que lo hacen), la culpabilidad (los demás son los responsables de nuestro sufrimiento, o al revés, nos culpamos de los problemas ajenos), los “deberías” (manejamos normas rígidas sobre cómo deberían actuar los demás e incluso nosotros mismos), o el razonamiento emocional (lo que sentimos tiene que ser verdadero automáticamente), el tener siempre razón (nuestro objetivo principal es tener la razón frente a los demás), la falacia de la recompensa (esperamos “cobrar” algún día nuestro sacrificio).Nuestro beneficio no sólo consistirá en la consecución de nuestros objetivos, sino también en el refuerzo que recibimos al asentar y potenciar la confianza en nosotros mismos al desarrollar más hábitos intelectuales. Esa base de confianza personal genera una seguridad imprescindible para la autorrealización. Desenvolvernos desde esta confianza ha de suponer que somos conscientes y responsables de nuestros actos. La conciencia estará guiada tanto por nuestra inteligencia “intelectual” como por la inteligencia emocional.

Patricia Catalá
Orienta psicólogos

4 de jul. 2013

CONTINUAMOS NUESTRA CONEXIÓN CON EL MEDIO AMBIENTE O ….



Las personas somos seres humanos una parte del sistema que compone la Naturaleza de nuestro mundo, pero ¿continuamos formando parte del sistema natural o hemos pasado al tecnológico, olvidando nuestra naturaleza?

Nuestra gran evolución nos ha permitido promover la cultura, la tecnología y las ciencias más espectaculares como la medicina, herramientas o útiles que nos arropan y nos ayudan a sobrevivir mejor, puesto que nos consideramos seres vulnerables.

Con esta revolución hemos conseguido salir adelante en muchas de nuestras tareas y podemos disfrutar de mejores trabajos que nos permiten realizar menos esfuerzo físico y más intelectual, de comodidades en confortables casas dónde hace calor en invierno y frío en verano, tener vacaciones que duren un mes en partes del planeta desconocidas para nosotros, podemos viajar a gran velocidad con máquinas que pueden alcanzar los 250 Km/hora o si vamos en avión hasta 1000….  Si continuamos formando parte de nuestra naturaleza ¿cómo actuamos para estar en sintonía con ella?, porque si nos fijamos bien, hemos creado una burbuja frente a ella para defendernos también de lo que sucede fuera en el medio….si nos olvidamos de ella, nos olvidamos de nosotros y algunas de las experiencias más humanas como son los ciclos naturales dejamos de comprenderlos…algunos animales hibernan en invierno porque les resulta difícil desenvolverse en el medio y en verano la actividad suele ser mayor para procurarse comida del invierno, los árboles dejan caer sus hojas caducas para soportar el frío y renacer en primavera con hojas nuevas, las personas no necesitamos realizar mecanismos naturales tan evidentes porque disponemos de tecnología que nos cubre estas necesidades frente a los cambios naturales, pero en realidad si hay cambios más profundos en nuestra persona que están en sintonía    Según algunos psicólogos las personas somos cuerpo, mente y espíritu considerando este último como la voluntad, el querer, el sentir más elevado, y que para que podamos vivir bien, hemos de guardar el equilibrio entre ellas, y si conseguimos armonizar lo que pensamos y sentimos con lo que hacemos podremos vivir de manera más satisfactoria. Pero teniendo en cuenta que pertenecemos al sistema natural, y que la evolución de nuestra especie ha ido en sintonía con nuestro medio, 



Patricia Catalá
Orienta psicólogos

1 de jul. 2013

APRENDER A VIVIR EL PRESENTE



A lo largo de nuestras vidas hay numerosos momentos, quizá demasiados, en los que no somos conscientes de la importancia de la vida, de las cosas que en ella hacemos y de lo que nos repercuten en nuestro momento actual. Algo muy común a todos nosotros y que hemos aprendido por educación es a enfocarnos en el futuro, a pasarnos la vida haciendo planes a medio-largo plazo, pero ¿y los planes del ahora, y las ilusiones del ya?, parece que esto vendrá y mientras tanto pasamos el tiempo, “tiempo de vida”.

Esperar es un estado mental. Básicamente este estado refleja que quieres el futuro, y no el presente. Que no quieres lo que tienes, pero si quieres lo que no tienes. Rechazas lo que has creado, y deseas lo que aun no alcanzas. No nos damos cuenta que este estado mental de espera, inconscientemente nos crea conflictos internos entre nuestro “aquí y ahora” donde no queremos estar, y el futuro que hemos imaginado y proyectado en nuestra mente que es donde queremos estar. Esto influye adversamente en nuestra calidad de vida, pues como resultado dejamos escapar el presente, que es el único instante en el que podemos hacer realidad nuestros sueños, ilusiones, deseos… 

Intentar seguir nuestra atención en el instante presente, e intentar disfrutarlo desde la serenidad y la reflexión, es la manera más idónea para sentir que estamos vivos. Este poder de prestar atención al “instante” hace que tengamos consciencia de nuestros pensamientos, sentimientos, palabras, acciones y reacciones, y hace que podamos expresar más lo que necesitamos, mostrándonos de manera más fiel a nosotros y comunicando más nuestra realidad interior a las personas que nos rodean, esto nos hace ser más coherentes con nuestras necesidades y nos permite generar la energía adecuada para satisfacerlas. Así nuestra vida tiene sentido, porque nos repercute directamente, Ahora!. Y vemos los resultados del hacer, convirtiendo nuestro interior en acción. Es posible que cuando nos conectamos con cierta intensidad en nuestro momento actual, sufrimos miedo por descubrir aquello que estamos viviendo, y que no sabemos como modificar o como reorientar para hacer lo que en realidad queremos. Para ello tenemos que aceptarnos y no tener prejuicios hacia nosotros mismos, y estar más abiertos a lo que necesitamos aprender, para dar el sentido que queremos a nuestros instantes.

Si quieres conectarte con tu presente pregúntate: ¿Qué quieres aquí y ahora, en este mismo instante?, no el año que viene, o mañana, ni siquiera en los próximos cinco minutos. Qué quiero ahora, en este mismo instante. 

¡Deja ya de esperar! SIENTETE Y HAZ.


Patricia Catalá
Orienta psicólogos